domingo, 30 de enero de 2011

pasado

Se metió en el coche, cerró la puerta, lo encendió y se fue dejando allí la mayor parte de su alegría. Subió el volumen de la música todo lo que podía aguantar y se puso a cantar a voz en grito mientras conducía para intentar evitar que las lágrimas mojasen sus blancas mejillas. No lo consiguió...

lunes, 17 de enero de 2011

Finales

Con lágrimas en los ojos se da la vuelta para que no la vean llorar. Entonces, una a una las lágrimas corren por sus mejillas en una absurda carrera por caer. Intenta frenarlas. Intenta cerrar los ojos para que no puedan salir. Peron no hay barreras capaces de contenerlas. Llora por ella, por los tan odiados finales, por las despedidas a las que se tendrá que enfrentar, por la ausencia de resultados a su arduo trabajo, por...¡tantas cosas!

Entonces, una mano amiga le acaricia el hombro, le da la vuelta y la abraza. Incomprensiblemente, este gesto en vez de consolarla la entristece aun más. Quizás porque puede ser uno de los últimos abrazos...

viernes, 14 de enero de 2011

sin abrazos mejor...

Sin abrazos mejor. No creía que eso fuese posible. Sin embargo sabe que si la abrazasen, algo se rompería en ella y no habría presa capaz de contener el caudal de lágrimas que saldría de su pequeño cuerpo. Que qué se rompería? Eso nadie lo sabe. Lo único que se puede llegar a apreciar es la tristeza en sus ojos. Quizás la causa sean las melancólicas canciones que no cesan de sonar en su reproductor...

miércoles, 12 de enero de 2011

Quiere...

Quiere...quiere saltar. Quiere gritar. Quiere maravillarse del mundo. Quiere hacer locuras con canciones alegres de fondo. Quiere dar un paseo hasta el infinito. Quiere reir y cantar. Bailar hasta que ya no pueda más y después dormir en su cama acompañada. Quiere pasarse las tardes por ahí con su verborrea incontrolable y él siempre atento. Hablar sin control, poder decir cualquier cosa hasta quedarse sin ideas, hasta vaciarse y después dejar que el silencio los inunde, pero uno de los silencios buenos...

sábado, 8 de enero de 2011

Frustración

El silencio se apoderó de ellos. Pero no era un silencio de esos que surgen sin más, pacíficos, que no son precisamente buscados pero que a nadie le importa vivirlos. Este no era ese tipo de silencio. Era un silencio que venía precedido por confesiones... ¿cómo calificar a estas confesiones? Hay quien las calificaría de incómodas. Otros, de necesarias. Y alguno quizás de naturales, de esas cosas que antes o después vas a decir, de irremediables incluso. Este silencio se fue abriendo paso hasta cubrir toda la ciudad. Cayó sobre ellos como una losa y entristeció sus alegres corazones. Se quedaron allí sentados, uno mirando al vacío y la otra conteniendo sus lágrimas. Aterrada. Sin saber qué hacer. Con la certeza de que lo que dijera o hiciera no serviría de nada. Porque a pesar del escaso espacio físico que los separaba el espacio real entre ellos era inmenso. Nada podía hacer, en ese momento nada dependía de ella. Se sintió perdida, totalmente vulnerable...

Y EXPLOTÓ

jueves, 6 de enero de 2011

¿?

La necesidad era lo que la movía. La necesidad de expresarse para no explotar. La necesidad de plasmar en un papel lo que no era capaz de decirle al mundo. La necesidad de escribir para no empezar a gritar. Tiene que deshacerse de ese malestar que la atenaza. De la impotencia y del miedo que acumula en su estómago. Deben desaparecer. ¿Por qué? ¿Por qué qué?! ¿Por qué están ahí? ¿Por qué deben desaparecer? ¿A qué se debe el miedo? ¿A qué la impotencia? A perder en su propia carrera. A que se acabe... Esperemos que la esperanza y sus sentimientos sean suficientes para lograr sus metas...